Comentario
En esta ciudad lo llena todo y únicamente el peculiar Dada de Kurt Schwitters, de carácter menos político que el berlinés, pero a la larga mucho más revolucionario. Poeta y pintor, amigo de Arp y tan desinhibido como Baader, en relación siempre con los círculos de "Der Sturm" y el expresionismo, a partir de 1918 empieza a incluir fragmentos en sus textos y en sus cuadros. Citas en un caso y objetos en otro. Sus construcciones plásticas, una extraña amalgama de pintura y escultura, se bautizan con el nombre de Merz, a raíz de un fragmento de la palabra Kommerz que aparecía en una de sus obras. El mismo nombre le dio a su revista, que publicó hasta 1932, mucho después de la desaparición de Dada.Desde 1920 hasta 1935, en que se vio obligado a salir de Alemania como degenerado, dedicó sus esfuerzos a la construcción de una obra de enormes dimensiones a la que llamó Merzbau (construcción merz): un gigantesco collage en torno a una columna, que llegó a ocupar dos pisos, hecho a base de yeso y todo tipo de materiales de desecho -corchos, maderas, cuerdas, billetes usados, botones...-, muchos de ellos autobiográficos, cosas de sus amigos (de Arp, Van Doesburg, Gabo...), cada uno de los cuales tenía un hueco especial y que fue llenando su casa de Hannover, como una gigantesca autobiografía montada, no escrita. Tras abandonar Alemania y su Merzbau, hizo otros dos en sus casas de Inglaterra y Noruega.Schwitters quería llegar a la obra de arte total: "Para mí -escribía en 1921- era una necesidad artística dedicarme a diferentes modos de expresión. La razón para ello no era, quizá, el impulso de ampliar mi campo de actividades, ni la aspiración a ser especialista en un tipo de arte, sino la aspiración a ser artista. Mi objetivo es la obra de arte total Merz, que reúne todas las expresiones artísticas en una unidad. He creado poemas pegando palabras y oraciones, unas junto a otras, de tal manera que la ordenación rítmica resultara un dibujo. Y por el contrario, he pegado imágenes y dibujos con los que he formado oraciones. He clavado cuadros de tal manera que junto a la impresión pictórica se produjera una impresión plástica en relieve. Y esto lo hice con el fin de difuminar los límites de las diversas expresiones artísticas".Partiendo de la idea cubista del collage, Schwitters coloca cosas, objetos ya consumidos por la sociedad, cosas vividas, como ha señalado Argan, que niegan la historia, la finalidad y el orden. "Las cosas que, extraídas de la realidad, se incrustan en el Merzbau son breves, son truncados y disociados testimonios de una informe crónica cotidiana, tan opaca y desordenada como la de los personajes del "Ulises" de Joyce, a cuya novedad estructural se acerca la obra de Schwitters en la medida en que esos fragmentos de realidad son sólo recuerdos o menciones de cosas, a menudo deliberadamente confusas e incoherentes".Schwitters plantea con mayor nitidez que los demás el problema del material en la construcción de la obra. A partir de merz ya no hay materiales útiles y no útiles; todos sirven (pelos, uñas, plásticos, clavos, orines...) en estado puro, tal como los desecha la sociedad o retocados por el artista y ordenados. Del mismo modo que después de Duchamp cualquier cosa puede ser, tal cual, obra de arte, mediando únicamente la decisión -la elección- del artista. El ataque a los comportamientos artísticos tradicionales en los dos casos es frontal.Poeta tanto como artista plástico, Schwitters escribió un poema abstracto, "Anna Blume", con todo tipo de textos disponibles: publicidad, noticias de periódicos y canciones populares. Inventó también un lenguaje propio, y, como Ball y Tzara, componía poemas sólo con sonidos. Su actitud independiente y su vinculación con los románticos y expresionistas de Der Sturm hizo que los dadaístas berlineses no le admitieran en 1920, por considerarle demasiado burgués. A pesar de eso desarrolló una gran actividad como publicista de dada, dando conferencias y recitando poemas en distintos países de Centroeuropa en los primeros años veinte, en lo que Marchán ha llamado cruzada dadaísta.En Holanda Theo Van Doesburg (1883-1931), fundador de De Stijl, en una esquizofrenia que sólo parece tal dentro de las compartimentaciones de la Historia del Arte, utilizaba otro nombre para sus actividades dadaístas, J. K. Bonset (Yo estoy loco, en holandés) y editaba en 1922 la revista "Mecano" en Leyden, dada de forma y de contenido; en ella colaboraban Schwitters, Arp y Tzara y se publicaban poemas y collages dada... Juntos Schwitters y él organizaron en 1922 el Congreso dadaísta de Weimar, en el que estuvieron también Arp y Tzara. Este último compuso una oración fúnebre por Dada, después de los acontecimientos de París, que apareció en las páginas de "Merz" en 1923 y que su autor recitaba en distintas ciudades alemanas. El Congreso acabó con un baile de disfraces en la Bauhaus, inolvidable para todos los que asistieron.Schwitters es uno de esos casos que demuestran la falsedad de la historiografía, con sus separaciones arbitrarias y su afición a las oposiciones. Sin embargo, las relaciones eran muchas y los puntos de interés común también. Schwitters entra en contacto con el constructivismo en 1922. En ese año El Lissitzky ve su exposición en la galería Der Sturm y se interesa por él. Al año siguiente, durante su estancia en Hannover se hacen amigos e inician una colaboración, que se plasma en los puntos de contacto entre los ambientes en que los dos trabajan, el espacio escénico Merz y el espacio Proun del ruso. La revista "Merz" se nutre tanto de colaboraciones dadaístas como constructivistas, lo mismo que las construcciones de Schwitters oscilan entre el caos dada y una voluntad de orden racionalista, que prevalece una vez que el impulso dada ha perdido fuerza.